Hablar de integración escolar supone adoptar una postura frente a las personas con necesidades educativas especiales y sus familias. Implica desde un principio tomar a la escuela como una institución que debe estar abierta a la diversidad, respetando el derecho a la educación para todos los niños.
Pensar en integración escolar supone respetar las diferencias, los tiempos y las posibilidades individuales de cada alumno con necesidades especiales.
La idea del colegio “Jorge Vocos Lescano” es un proyecto que está abocado a la diversidad. En la escuela se encuentran personas con discapacidades; este plan está basado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Convención sobre los Derechos de la Personas con Discapacidad, la Constitución Nacional y la Ley Nacional de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes 26.011; entre otras normativas.
Al finalizar el año, los alumnos han logrado todos los objetivos que tenían planteados; y los que tienen adecuaciones, los objetivos que se habían planteado para ellos en el contexto general. Esos chicos llevan en las libretas informes especiales, porque para esos chicos se aplicó la modalidad de educación especial.
“Ese seguimiento requiere que haya reuniones periódicas, porque muchos de estos chicos, además de tener psicólogos, psicopedagogos fuera de la escuela, tienen los maestros integradores que asisten a las clases. Algunos asisten cuando los chicos tienen muchas problemáticas, por ejemplo en el caso de Lourdes Angeloz, los acompañan durante toda la jornada. Los demás integradores vienen, se ponen de acuerdo con los maestros para ver los temas que está enseñando y reforzar los conceptos en sus casas”. Contó la Directora , Susana Zatti.
Además contó que en la escuela se encuentra trabajando, como auxiliar de dirección, una chica que tiene síndrome de down; que agiliza mucho las tareas de los directivos. Al cerrar la entrevista se le pidió un mensaje para la sociedad, y sostuvo que “Todas las personas son diferentes, entonces se debe instalar modalidades necesarias para que todos podamos desarrollar nuestra vida con cierta comodidad, sin un esfuerzo exagerado por no haber estado contado en la lista”.
Al preguntarle a Claudia Salomón, docente de nivel inicial y madre de dos alumnos que concurren al colegio desde pre jardín, cual era su posición en cuanto a la inclusión de chicos discapacitados en la escuela; nos dijo que le parece importante que se integren a todos los niños, sin distinguir si tienen alguna problemática o no. En los años que lleva como docente ha trabajado en su mayoría con niños que tienen síndrome de down y que no todos presentan el mismo patrón de conducta. Cuenta que este año tiene entre sus alumnos a Lucia, una nena a la que le cuesta hablar en grupo, y que hay días en los que llega a la salita con muchas ganas de hablar y hablar; entonces la seño le pide a los demás chicos que aprovechen y escuchen todo lo que Lucia tiene para decir, ya que no es habitual.
Desde el punto de vista como madre le parece importante que sus hijos compartan la educación con niños diferentes “Para que aprendan a tener tolerancia, comprensión y solidaridad”. Lucia, su hija más grande, nunca tuvo problemas con aceptar a chicos con capacidades especiales. En cambio a su hijo menor, Nicolás, le costó un poco mas, ya que cuando cursaba primer grado por primera vez se integraba a una nena en silla de ruedas; lo cual era diferente a lo que venían trabajando. Él necesitó de tiempo para poder aceptarla y lo hizo cuando cursaban segundo grado, invitándola a su cumple años.
Hablando con Mariana Angeloz, mamá de Lourdes que es una nena especial, opina sobre como se siente al haber encontrado un lugar donde la integración de su hija no es un problema. “Para Lourdes y para mí como mamá, el hecho de que el colegio le haya abierto las puertas es fabuloso, es casi un milagro. Lo que desearía cualquier mama para su hijo y para un hijo especial lo mismo. Que encuentre un lugar que lo reciban tal cual es como una persona y no como un problema o como un enfermo, sino como una persona especial.”
Al mencionar las experiencias por las que ella con su hija tuvieron que pasar antes de llegar a este colegio, hace referencia al trato discriminatorio que recibieron por parte de escuelas especializadas en integración de personas con discapacidades, “En otros colegios me decían que no directamente, ya fuera especial o fuera un colegio que tuviera su departamento especializado en integración, tampoco la integraban porque la veían con demasiada discapacidad”.
“Cuando llegué al Vocos Lescano, Silvana (Directora), me dijo exactamente las palabras que una madre quiere escuchar, casi en un principio no le creía porque era exactamente lo que quería escuchar. Que la iban a respetar, que ahí todos los chicos son especiales tuviera o no alguna discapacidad. Que la iban a querer por lo que es y no por lo que no tiene… Verdaderamente creo que son un ejemplo; y muchas veces pienso que me gustaría que la sociedad supiera, y por momentos digo, a lo mejor no quieren que diga nada porque van a ir todos los niños especiales, porque es un lugar que todos los chicos especiales les gustaría tener.”
Como Lourdes es la primera alumna que asiste al colegio en sillas de ruedas, se tuvieron que hacer modificaciones edilicias para que pueda asistir a clases lo mas cómoda posible. La familia Angeloz presentó al colegio, un proyecto para construir una rampa que uniera la planta baja con el primer piso. “Se planteó la posibilidad de hacer la rampa, que también era complicada la parte edilicia para hacerla, así que fue todo un trámite. Pero al final lo logramos, nosotros les dijimos que pagábamos la rampa porque era costoso y el colegio no lo podía afrontar. Y en realidad, dijimos que queremos que Lourdes siga yendo al colegio, ellos nos dijeron que también querían que ella siga yendo, pero lo que pasaba era que estaba ese inconveniente. Ellos nos permitieron hacerlo en el patio del jardín de infantes. Todas estas cosas son difíciles porque todo cambio trae sus conflictos”. Cuenta la mamá de Lourdes.
“Creo que en Córdoba nos falta mucho por aprender, en ese sentido, las adaptaciones de los lugares para que la gente especial pueda manejarse cómodamente en toda la ciudad. Lo ven siempre como un problema y en realidad es un derecho que tiene la gente especial. Si bien generalmente encostras gente buena que está bien predispuesta a ayudar; pero en la parte edilicia, desde el Gobierno mismo para abajo, es una deuda pendiente con la gente discapacitada.”